EO MÍTICO HIMNO AL RÍO EO
por Aurora García Rivas
Publicado por la Asociación Cultural San Tirso del Eo, agosto de 2008.
En ti no hay mudanza, cauce inmemorial en busca de un mar de turbulentas aguas y azules horizontes, surcas los días hasta alcanzar las horas largas de las tardes de junio. Cuánto han visto tus orillas, desde las tribus que en tus márgenes guardaron el fuego y el pan y su libertad, tras aquellos montes, cordal de sublime verdor: egobarros, romanos y góticos caudillos. Y la flor de los robles y castaños y el aliso temblando en la rama más alta del otoño. Cuéntame, agua que desborda su cauce, parloteo de gorriones entre la flor del sauce y los cerezos, historias, que por viejas son más bellas, aquel correr del tiempo sobre abadías, nobles palacios y realengos. Cuéntame de tus ninfas, de lavanderas, de molinos y crecidas, dime en qué fuentes glaucas se hizo eterno tu cantar. Quién sabe si tañeron más música las noches o más frío los inviernos, más trigo agosto y su canícula, más miel y más abejas el otoño.
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Vuelvo siempre a tus riberas, a sentarme bajo el puente con la flor del saúco y el laurel. Vuelvo en la tarde que agiganta las sombras, y mis ojos buscan la clara transparencia de tus aguas. Vuelvo a mi tierra, a beber lentamente en su belleza, a sentir en el alma el calor de un hogar que aún me pertenece. Enciendo los candiles del último crepúsculo que puedo contemplar. Mañana habrá otras primaveras. Nuevas voces te hablarán en tonos diferentes, otra savia fluirá por los alisos, otra agua por las fuentes. Alguien intentará cambiar el mundo soñando un nuevo amanecer. Amado río, tótem de mi gente, de aquella bisabuela tejedora, del padre, de surcos hondos labrador, perito en lunas y en cosechas, de los cantos y risas de la madre llegada desde el otro lado de la aurora, bregando siempre con la vida, mientras crecían las ciruelas y esparcía la alheña su fragancia Mítico Eo, mágico druida sanador, quiero viajar contigo a los mares inmensos de la noche, y fundirme en tu honda melodía. A cambio, te regalo mi nombre y mi palabra y te ofrezco la luz de otra alborada, antiguo dios de mis mayores, mientras enramo juncos y espadañas, invocando a todos los pueblos que bebieron y beben en tus aguas.
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(C) Jose Manuel Rivera 2009